La segunda edición del concierto organizado por Intermon Oxfam con motivo de luchar contra la sequía en Etiopía fue todo un exito. Desde días antes las entradas estaban agotadas, pues se iban a dar cita aquella noche en la sala Joy Eslava de Madrid, algunos de los grupos más influyentes del pop nacional. Como maestro de ceremonias contaron con Pablo Carbonel, que supo poner el toque de humor necesario para una gala con un propósito tan serio e importante, quien además de bromear con el público cogió la guitarra en dos ocasiones para ofrecernos distintos temas interpretados por el mismo.
La noche empezó puntual con la actuación del grupo italiano No more dolls, a quien siguó The Cabrioles, el grupo liderado por Bimba Bosé. Tras ellos La Sonrisa de Julia mostró dos temas de su último disco, Bipolar, en un formato completamente distinto al que podemos oir en nuestras casas. La primera gran ovación de la noche fue para Lourdes de Russian Red que encandiló al público con su voz y sobretodo con su ya conocido Cigarretes. También contó la noche con la actuación de Second, un grupo que está despuntando a través de MySpace. Catpeople ofrecieron uno de los momentos mas bonitos de la noche regalandonos una preciosa versión de Hurt de Nine Inch Nails iluminados tan solo por las velas que colocaron por el escenario. A continuación los granadinos Lori Meyers llenaron el
escenario y se metieron al público en el bolsillo mostrándonos la cara más flamenca de tres de los temas contenidos en Cronolánea, su último disco. Pero el gran momento de la noche llegó cuando Vetusta Morla subió al escenario y el público se entregó completamente, dejando mostrar que tres canciones, eran pocas y tenían ganas de más. Los encargados de poner el broche final a la noche fueron M Clan, que además de presentarnos una de las canciones de su último disco, interpretó Santa Lucía de Miguel Ríos, canción que interpretan en el disco homenaje que se le ha hecho.Pero no hay que olvidar que era un concierto benéfico del que además de destinarse el 100% de las entradas a la causa, se recaudaba dinero a través de pequeños objetos simbólicos a un bajo precio para que los asistentes colaborasen un poco más para ayudar a dar la vuelta al mundo.
